Malcolm Gladwell es el autor de “Fuera de serie”, un libro que analiza las circunstancias que conducen al éxito.
La primera mitad del libro examina con detalle el motivo por el que las oportunidades son más importantes que el trabajo duro o el talento en las vidas de las personas exitosas.
A continuación, la segunda mitad del libro se centra en la herencia cultural, es decir, en las tendencias de comportamiento que tienen su origen en el pasado ancestral.
Navega por el contenido
“Fuera de serie”, libro de Malcolm Gladwell: ¿de qué trata?
Es habitual atribuir el éxito a los rasgos personales, creyendo que los individuos de mayor éxito fueron capaces de pasar de la nada a la grandeza. A pesar de ello, Gladwell considera que ésta es una visión demasiado romántica sobre el éxito.
Afirma que las personas más exitosas han aprovechado ventajas ocultas y herencias culturales que promueven el aprendizaje, el esfuerzo y la comprensión del mundo de una manera que resulta imposible para los demás.
Por lo tanto, si comprendemos el origen de las personas de mayor éxito, podremos empezar a entender cuál es la lógica de dicho éxito.
La regla de las 10.000 horas
Los psicólogos han dedicado décadas a tratar de averiguar si existe el talento innato. Sin embargo, cuanto más investigan sobre este asunto, más llegan a la conclusión de que la preparación juega un papel determinante en el desarrollo del talento.
El psicólogo K. Anders Ericsson se basó en este hallazgo para llevar a cabo un estudio en la Academia de Música de Berlín.
Allí agrupó a los violinistas en tres niveles según su habilidad, y preguntó a cada uno cuántas horas había dedicado a ensayar con el violín a lo largo de su vida.
Los que estaban en el nivel más elevado habían practicado un total de 10.000 horas, los del nivel intermedio habían ensayado 8.000 horas y los de menor nivel sólo habían dedicado 4.000 horas.
Entonces, Ericsson repitió el estudio con los pianistas de la academia y llegó al mismo resultado.
Teniendo esto en cuenta, podría afirmarse que lo importante es cuánto practique una persona, no cuánto talento innato posea.
Para respaldar todavía más este hallazgo, Gladwell recurre al ejemplo de los Beatles, quienes al principio de su carrera habían realizado una serie de trabajos en clubs nocturnos de Hamburgo (Alemania).
Debían tocar durante mucho tiempo, a menudo hasta la madrugada, para intentar llamar la atención de quienes pasaban delante de ellos.
Después de año y medio, habían tocado durante un total de 270 noches.
Y cuando saltaron a la fama en 1964, habían realizado más de 1.200 actuaciones en directo, muchas más que la mayoría de las bandas en toda su trayectoria. Esto contribuyó a ponerles en el camino hacia el éxito.
El problema de los genios, parte 1
Tras explicar por qué los logros se basan más en la oportunidad que en el talento, Gladwell se centra en la cuestión de los genios.
Aunque tener un cociente intelectual elevado indica que es más probable que una persona curse estudios superiores y gane más dinero, sólo resulta ventajoso hasta cierto punto.
Una vez que superas un cociente de 120 no disfrutas de más ventajas medibles en el mundo real que quienes tienen uno de 180. En pocas palabras: la inteligencia tiene un umbral.
De esta manera, tras leer “Fuera de serie”, el libro permite concluir que una vez que superas ese umbral de inteligencia, el resto de los factores empiezan a ser más importantes de cara al éxito.
Por ejemplo, una vez que un jugador de baloncesto es lo bastante alto como para jugar con un equipo, debe empezar a centrarse en la agilidad, en la habilidad manejando la pelota y en el dominio de la cancha.
Además del cociente intelectual, Gladwell usa el ejemplo de las pruebas de divergencia para poner de manifiesto otras áreas en las que una persona puede ser “inteligente”. En concreto, las pruebas de divergencia miden la capacidad de imaginación y creatividad.
Normalmente te muestran dos objetos distintos (como un ladrillo y una manta) y te piden que pienses en la mayor cantidad posible de usos para ambos. Cuantos más ejemplos se te ocurran, más imaginativo serás.
De ahí que Gladwell llegue a la conclusión de que tener éxito es algo que depende de muchas más cosas aparte del cociente intelectual.
El problema de los genios, parte
Además de ser inteligente desde el punto de vista intelectual e imaginativo, para alcanzar el éxito también resulta de ayuda tener inteligencia práctica.
Este tipo de inteligencia te permite analizar correctamente una situación y conseguir lo que quieras de ella.
Y mientras el cociente intelectual es algo más o menos innato, es necesario aprender a ser inteligente desde un punto de vista práctico. De hecho, la mayoría de las personas lo aprenden de sus familias.
Las tres lecciones de Joe Flom
Joe Flom fue el último socio fundador vivo de un bufete de abogados llamado Skadden, Arps, Slate, Meagher y Flom.
Creció sumido en la pobreza durante la Gran Depresión, pero consiguió una beca para estudiar en el instituto público de élite Townsend Harris, tras lo cual asistió a la Facultad de Derecho de Harvard.
Después de graduarse, fue contratado en Skadden y Arps, un bufete de abogados con problemas que acabó teniendo casi 2.000 empleados y facturando más de 1.000 millones de dólares al año.
Sin embargo, Gladwell no se cree la historia de éxito que Flom parece encarnar, y que le permitió pasar de la pobreza a la riqueza. En vez de eso, al leer “Fuera de serie”, el libro va identificando tres oportunidades y ventajas ocultas que le llevaron al éxito.
Lección 1: la importancia de ser judío
Flom era judío, por lo que después de graduarse tuvo problemas para conseguir un empleo en alguno de los bufetes de mayor prestigio debido al antisemitismo tan extendido durante aquella época.
Por lo tanto, tuvo que aceptar un puesto en Skadden y Arps, un bufete con problemas que se encargaba de los casos que rechazaban los bufetes más afianzados.
Esto suponía un montón de litigios, de luchas de poder y de adquisiciones hostiles de empresas, en las cuales Flom se acabó especializando. fFDe esta manera, los bufetes de mayor prestigio recurrían a él para evitar hacer estos trabajos.
Sin embargo, durante la década de los 70 se produjo un auge en la cantidad de adquisiciones hostiles de empresas, una cuestión en la que Flom y el bufete en el que trabajaba estaban muy especializados y que, al mismo tiempo, era rechazada por sus mayores competidores.
Esto les supuso una ventaja considerable. Por lo tanto, no es tanto que Flom triunfase sobre la adversidad, sino que lo que empezó siendo una adversidad se terminó convirtiendo en una oportunidad.
Lección 2: la fortuna demográfica
Los genes y la educación no son suficientes para tener el éxito garantizado. El momento lo es todo. Para ser exitoso, debes nacer en un momento y en un lugar en los que se te presenten una serie de oportunidades que te permitan alcanzar la grandeza.
Un ejemplo de esto serían los importantes sucesos que ocurrieron en la primera mitad del siglo XX.
Quienes nacieron en Estados Unidos alrededor de 1915 se habrían graduado en la universidad después de que pasara lo peor de la Gran Depresión, y les habrían llamado a filas a una edad más joven, cuando todavía no tenían muchas responsabilidades personales.
Sin embargo, quienes nacieron antes de 1911 se habrían graduado durante lo peor de la Depresión, y habrían sido llamados a combatir mientras estaban desarrollando sus carreras profesionales y su vida familiar, trastocando significativamente sus vidas.
De esta manera, debido al momento y al lugar de nacimiento, quienes vinieron al mundo en 1911 tuvieron que enfrentarse a más obstáculos insalvables para alcanzar el éxito que quienes nacieron después de 1915, y esto hizo que les resultara mucho más difícil ser exitosos.
Lección 3: industria textil y trabajo significativo
Los judíos que emigraron a Estados Unidos, como Flom, se diferenciaban del resto de los inmigrantes que recibió ese país durante el siglo XIX y principios del XX.
Como los judíos tenían prohibido ser propietarios de tierras en Europa, muchos de los que habían vivido en pueblos y ciudades europeas se dedicaron a profesiones y negocios más urbanos.
En concreto, el setenta por ciento de los judíos que llegaron a Estados Unidos procedentes del este de Europa treinta años antes de la Primera Guerra Mundial eran profesionales cualificados.
Esto hacía que tuvieran una ventaja con respecto a sus contrapartes irlandeses e italianos, quienes habían sido campesinos y granjeros.
Por lo tanto, en esa época hubo muchas historias de éxito relacionadas con emprendedores judíos que se dedicaban al comercio textil, y que pasaron de no tener casi nada a ser dueños de empresas rentables.
No sólo eso, sino que su trabajo era satisfactorio porque implicaba autonomía, complejidad y una conexión entre el esfuerzo y la recompensa.
Tras leer “Fuera de serie”, el libro permite llegar a la conclusión de que ésas son las características que tiene el trabajo considerado como significativo.
Así pues, los hijos de esos exitosos judíos aprendieron que si trabajas lo bastante duro, te reafirmas a ti mismo y utilizas la mente, puedes darle forma a tu mundo para que se adapte a ti.
Por ejemplo, el padre de Joe Flom se dedicaba a coser hombreras en los vestidos de las mujeres.
Esto predispuso a Flom a tener la habilidad de adaptar el mundo a sus necesidades y a aprender el valor del trabajo duro, lo que en última instancia le llevaría al éxito.
Harlan, Kentucky
Harlan es una ciudad de Kentucky (Estados Unidos) que fue fundada en 1819 por familias de inmigrantes escoceses e irlandeses.
Sin embargo, no todo era paz, ya que dos de las familias fundadoras de la ciudad (los Howard y los Turner) no se llevaban bien.
Se trataba de un patrón que se repitió en pequeñas ciudades de toda la región de los Apalaches. El motivo de este patrón de violencia era la cultura del honor.
Esta cultura surge cuando la reputación de un individuo es un elemento fundamental de su sustento y de su autoestima. Por ejemplo, el trabajo de pastor encajaría con esta descripción.
Pues bien, los inmigrantes escoceses e irlandeses que habitaban los Apalaches tenían una cultura del honor especialmente fuerte, ya que habían sido pastores que se ganaban la vida en unas tierras rocosas e inhóspitas.
Por lo tanto, afrontaban los conflictos formando estrechos vínculos familiares y poniendo la lealtad por encima de todo lo demás.
En parte, esto contribuye a explicar el motivo por el que las tasas de homicidios son más altas en el sur de Estados Unidos que en el resto del país, mientras que las tasas de crímenes más leves (como los robos) son más bajas.
La herencia cultural persiste generación tras generación. De esta manera, tu herencia cultural te influye en el presente, lo que es un factor clave en tus probabilidades de lograr el éxito.
Teoría étnica de los accidentes aéreos
Entre 1988 y 1998, American Airlines sólo sufrió un accidente aéreo por cada 4 millones de vuelos. En comparación, durante el mismo periodo de tiempo Korean Air perdió casi cinco aviones por millón de vuelos.
Según Gladwell, el motivo de estas cifras se encuentra en la herencia cultural de Corea del Sur.
Aunque cada persona tiene su propia personalidad única, la comunidad en la que crece puede tener una gran influencia sobre su comportamiento.
Al psicólogo holandés Geert Hofstede le fascinaban las diferencias culturales relativas al comportamiento entre los distintos países.
Para tratar de comprender cuáles eran las culturas que valoraban y respetaban la autoridad, creó el Índice de Distancia al Poder (o IDP).
Esto resultó de un gran interés para la industria de la aviación, porque la gran mayoría de los accidentes de avión se producían cuando el copiloto era demasiado tímido como para señalar los errores del piloto, que era su superior.
Sin embargo, esta diferencia demostró ser fundamental.
De este modo, resultaba mucho más difícil animar a los copilotos de países con un IDP elevado (como Corea del Sur) a que desafiasen la autoridad en comparación con los copilotos de los países con un IDP más bajo (como Estados Unidos).
En 2000, Korean Air contrató los servicios de David Greenberg, vicepresidente de la aerolínea estadounidense Delta Air Lines, para tratar de solucionar este problema.
Lo primero que hizo para combatir la timidez de los copilotos hacia sus superiores fue imponer el inglés como idioma estándar en la cabina.
Esto proporcionó a los pilotos una nueva forma de identidad que permitía evitar las reglas coreanas relacionadas con un IDP elevado, lo que hizo que aumentara la seguridad en sí mismos de los copilotos.
Al poder evitar las normas de su cultura de deferencia, Korean Air no ha tenido un accidente de avión desde 1999.
Así pues, después de leer “Fuera de serie”, el libro transmite la idea fundamental de que es muy recomendable ser conscientes de la herencia cultural, ya que ésta determina el comportamiento y, por lo tanto, las probabilidades de éxito.
Arrozales y exámenes de matemática
Cuando a los hablantes de inglés se les pide que vean una lista de siete dígitos para luego apartar la vista y memorizar los números durante 20 segundos, su recuerdo tiene una precisión de alrededor del 50 por ciento.
Sin embargo, los hablantes de chino pueden recordar todas las cifras con total precisión. ¿Por qué? Pues porque las personas podemos memorizar con facilidad lo que se puede decir o leer en un tiempo de dos segundos.
Cuando los hablantes de chino ven una lista de siete dígitos, su idioma les permite decirlos todos en un tiempo de dos segundos, al contrario de lo que ocurre con los hablantes de inglés.
Además de eso, los nombres de los números en inglés son muy irregulares. Por ejemplo, los números por encima del 20 (twenty en inglés) ponen primero la decena y luego la unidad (por ejemplo, twenty-one para decir 21), mientras que para los números por debajo del 20 es justo al revés (por ejemplo, fourteen para decir 14).
Esto no es así en China, Japón o Corea del Sur. Su sistema de numeración es más lógico. Por ejemplo, 11 se leería como diez-uno, mientras que 24 sería algo así como dos-dieces-cuatro.
Por lo tanto, los niños asiáticos aprenden a contar con mucha más rapidez que los niños estadounidenses. Esto también implica que son capaces de realizar operaciones matemáticas complejas a una edad más temprana.
Leyendo “Fuera de serie”, el libro explica que como los niños asiáticos tienen la ventaja de usar un sistema numérico lógico, es más probable que disfruten de las matemáticas en mayor medida que sus contrapartes estadounidenses.
De esta manera, también resulta más probable que se esfuercen en aprender matemáticas. Así pues, el estereotipo de que los asiáticos son buenos en matemáticas tiene su origen en la lógica de su lengua, no en una capacidad innata.