Es posible que te encante tu trabajo, pero tratar con un compañeros de trabajo que se creen jefes puede acarrearte un gran dolor de cabeza. Tolerar a este tipo de personas parece difícil, a veces incluso juega en tu contra en la oficina.
Este tipo de personas no conocen límites y hacen cualquier cosa para irritar a sus compañeros de trabajo. A menudo ocurre que la gente no sabe cómo tratar a este tipo de personas en el lugar de trabajo y sucumbe a sus deseos, lo que a la larga perjudica su carrera, incluso en pocos casos la situación se les va de las manos y se vuelve intolerable para los buenos trabajadores.
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Mandones en el trabajo
Si alguna vez has trabajado con un colega excesivamente controlador, sabrás que puede ser frustrante, estresante e incluso humillante. Puede que tu colega ni siquiera se dé cuenta de cómo te afecta su comportamiento.
Los compañeros de trabajo excesivamente dominantes suelen manipular a las personas y las situaciones para alcanzar sus objetivos.
Esto puede implicar utilizar el poder oficial de supervisión que tienen como parte de sus funciones, o puede implicar utilizar el poder que han asumido ellos mismos, como un asistente personal que asume el poder de ser un «guardián» de su jefe.
Ser un «sabelotodo» es otra forma de dominación, y este tipo de compañero mandón puede que sólo intente ayudar.
Por ejemplo, cuando tu compañero te dice lo que tienes que hacer para mejorar, puede que quiera ayudarte sinceramente a crecer profesionalmente. Es muy probable que no tengan ni idea de lo molesto o frustrante que resulta su comportamiento.
Otras veces, los colegas pueden ser mandones por narcisismo; realmente creen que saben cómo hacer mejor el trabajo de los demás, y no dudan en compartir este «conocimiento». Las personas así pueden no darse cuenta de que dar órdenes a los demás hace que esas personas se sientan devaluadas.
Tu jefe también puede ser «mandón». Sí, tu jefe tiene el derecho y la responsabilidad de decirte lo que tienes que hacer y de darte su opinión.
Sin embargo, a veces los jefes pueden pasarse de la raya e ir demasiado lejos microgestionando tu trabajo o intentando controlar aspectos de tu vida que en realidad deberían ser asunto tuyo.
Señales de un compañero de trabajo mandón
La gran pregunta es cómo enfrentarse a compañeros que se creen jefes en tu lugar de trabajo. Para tratar con un compañero de trabajo mandón tienes que usar tu paciencia, inteligencia y actitud en la dirección correcta.
No hagas algo que pueda causarte problemas para tratar en la oficina con otros compañeros, así como con las autoridades superiores. El primer paso para tratar con un compañero de trabajo mandón es identificarlo primero. Para identificar a los compañeros mandones, sigue estos sencillos pasos.
¿Tu compañero confía en ti?
Lo primero que debes saber al analizar a tu compañero de trabajo es si confía en ti. A veces ocurre que, debido a tu trabajo anterior o a la falta de cumplimiento de los plazos en la última tarea de tu trabajo, tus compañeros empiezan a desconfiar de ti y te consideran no apto para el puesto.
Si ése es el caso, demuestra que eres digno de trabajar por tu cuenta sin enfrentarte a tus compañeros. La confianza es lo que hace que tus compañeros se aparten y no te interrumpan en tu trabajo.
¿Toman decisiones por ti?
Cuando compruebes si tus compañeros son mandones o no, comprueba si toman tus decisiones. Si tu compañero intenta tomar todas tus decisiones o tomar una decisión sin consultarte, entonces tu compañero es mandón. Tus decisiones las debes tomar tú y nadie puede hacerlo si no es tu jefe.
¿Te interrumpe en todo momento?
Para saber si tu compañero de trabajo es mandón o no, comprueba si te interrumpe todo el tiempo en tus horas de trabajo o sólo lo supones por tus percepciones.
A algunas personas les gusta interrumpir en los asuntos de los demás incluso sin saber que están traspasando los límites al hacerlo y otras lo hacen a propósito para distraerte.
Asegúrate de que lo que hace tu compañero de trabajo es mangonearte, no sólo la naturaleza amistosa de conversar en cada oportunidad que se te presenta.
¿Insisten en que cambies cosas?
Si tu compañero de trabajo intenta manipularte para que hagas cambios en tus documentos, o presentaciones, e insiste en hacer cambios por su cuenta sin consultar a un superior, entonces te están mangoneando. Comprueba el comportamiento de tu compañero de trabajo para saber lo que intenta hacer.
¿Te hacen sentir como un niño en tu lugar de trabajo?
¿Te sientes como un niño cuando conversas con tu compañero de trabajo? ¿O te menosprecian cada vez que tienen ocasión? Si este es el caso, entonces está alerta, tu compañero de trabajo está intentando mangonearte intimidándote o haciéndote sentir que no sirves para el trabajo.
Puede ser su táctica para ocupar tu lugar y tu proyecto en la oficina, haciéndote cuestionar tu nivel de confianza y tu poder de decisión.
¿Te prestan más atención a ti que a su trabajo?
Algunas personas se tienen en tan alta estima a sí mismas que los demás son idiotas para ellos, lo que hace que presten más atención al trabajo de los demás que al suyo propio. A este tipo de personas les encanta mandar y no quieren sugerencias ni ideas, sólo les gusta demostrar que son más inteligentes.
Después de averiguar si tus compañeros de trabajo son mandones o no, se trata de cómo tratar con ellos. Para tratar con tu compañero de trabajo utiliza estos sencillos pasos para que puedas evitar a este tipo de compañeros sin crear una situación desagradable.
Cómo hacerse valer ante un compañero que se cree jefe
La mayoría de nosotros hemos tenido que trabajar alguna vez con un compañero demasiado controlador. Puede que incluso estés trabajando con uno ahora mismo.
Los compañeros mandones o dominantes no sólo crean estrés y tensión adicionales en el lugar de trabajo, sino que también bajan la moral, reducen la productividad y aumentan la rotación de personal.
A continuación, veremos cómo puedes hacerte valer ante compañeros de trabajo demasiado dominantes, y hablaremos de lo que puedes hacer para calmar la situación.
Aclarar el poder de la otra persona
Lo primero que tienes que hacer es aclarar el poder de la otra persona. ¿Está siendo realmente mandona, o tiene derecho, como parte de su función, a decirte lo que tienes que hacer?
Todo el mundo tiene diferentes formas de poder en el trabajo. Puede que tu colega tenga poder sobre ti porque lleva más tiempo en la organización. Puede que tenga «poder de experto» y se sienta con derecho a decirte lo que tienes que hacer porque sabe más que tú sobre un tema concreto.
Es útil aclarar el poder de la otra persona y determinar si realmente tiene derecho, explícito o implícito, a pedirte que hagas un trabajo.
Intenta comprender su comportamiento
La gente muestra un comportamiento mandón por diversas razones.
Por ejemplo, los compañeros pueden ser dominantes porque quieren que el trabajo se haga bien, y esto puede hacerles sentir que tienen que microgestionar el trabajo a su alrededor.
O puede que lleven en el equipo más tiempo que tú, y esto puede llevarles a pensar que tienen derecho a mandar a los demás, aunque no sea su función.
Otros pueden mostrar un comportamiento mandón porque quieren sentirse importantes, respetados o incluso queridos por sus colegas. Y a veces un colega puede actuar de forma dominante para ocultar su miedo o inseguridad.
Intenta utilizar la empatía y ponte en el lugar de tu colega. Si sospechas que la actitud autoritaria de tu colega es un mecanismo de afrontamiento, un poco de compasión por tu parte podría ayudar mucho a poner fin a ese comportamiento.
Nuestro artículo sobre Análisis Transaccional también puede ayudarte a descifrar por qué tu colega muestra este comportamiento.
Mantente firme
Una vez que hayas aclarado su poder y hayas reflexionado sobre su comportamiento, tienes que afrontar el problema asertivamente, manteniéndote firme y estableciendo límites. Asegúrate de que la otra persona sabe que su comportamiento te molesta.
Por ejemplo, podrías decir: «Marcos, aprecio tu deseo de asegurarte de que todo el trabajo se hace. Sin embargo, no puedo trabajar en proyectos a menos que nuestra jefa me dé el visto bueno. ¿Quieres que hable con ella sobre estos encargos?».
A menudo, una conversación de este tipo servirá para que tu colega se dé cuenta de que no es el jefe y de que a tu verdadero jefe quizá no le gusten sus interferencias.
Si te pone nervioso enfrentarte a tu colega, utiliza un juego de rol para prepararte para esta conversación. También te será útil nuestro artículo sobre Asertividad.
Además, saber priorizar las próximas tareas desempeña un papel importante. Tu colega puede pensar que tiene razón al repartir tareas, pero en última instancia, los proyectos más importantes vienen de tu jefe.
Además, hay varias formas de decir que no a una tarea sin dejar de mantener una buena relación con tu colega, y nuestro artículo «Sí a la persona, no a la tarea» lo analiza.
Puede ser difícil mantenerse firme, por lo que aprender técnicas eficaces de resolución de conflictos también puede ayudarte a ser firme y diplomático con tu colega.
Si no te gusta el comportamiento de alguien, es fácil olvidarse de darle las gracias cuando realmente hace algo que te ayuda. Cuando esto ocurra, deja tu ego a un lado y muestra tu gratitud adecuadamente. Asegúrate de seguir utilizando también las otras estrategias que hemos destacado aquí.
Consulta a tu jefe
Si hablas con un colega sobre su actitud mandona pero no ves ninguna mejora, puede que merezca la pena acudir a tu jefe para que te aconseje. Si le explicas la situación y cómo está afectando a tu trabajo la actitud mandona de tu colega, puede que inspires a tu jefe para que tome medidas.
Sin embargo, ten en cuenta que tu jefe no siempre te defenderá. A veces tu jefe puede detener el comportamiento, pero, en última instancia, tienes que ser asertivo y mantenerte firme. Esto no sólo es eficaz, sino que también da mucho poder.
Gestionar tus emociones
Trabajar con compañeros mandones puede ser un verdadero reto, sobre todo si se niegan a cambiar su comportamiento. A menudo, estas situaciones pueden provocar estrés, infelicidad en el trabajo o baja moral. Incluso puede afectar a tu productividad y a la calidad de tu trabajo.
Sé consciente de cómo te sientes, y gestiona tus emociones para que no afecten a tu trabajo.
En primer lugar, lleva un diario del estrés. A veces, escribir tus pensamientos y sentimientos puede ayudarte a reducir o incluso eliminar el estrés que sientes.
La conciencia del pensamiento, el pensamiento racional y el pensamiento positivo también pueden ser útiles en este caso; esta herramienta te guía a través de un proceso para identificar los pensamientos y emociones negativos, y para desafiarlos, de modo que puedas vivir la vida de un modo más positivo.
Utilizar la meditación para controlar el estrés suele ser muy eficaz. Incluso puedes calmarte sentándote en tu escritorio con los ojos cerrados y respirando profundamente durante un par de minutos.
Conclusión
Si has hablado con tu compañero de trabajo que se cree tu jefe, y has pedido ayuda a tu jefe y nada ha cambiado, entonces -si somos sinceros- es probable que la dinámica del equipo siga como está.
Suponiendo que no quieras dimitir, en lugar de librar una batalla cuesta arriba, busca otras formas de hacer oír tu voz en la oficina.
Lidera más proyectos en solitario, colabora con personas de distintos departamentos o participa en grupos no relacionados directamente con tu trabajo, como un club de lectura.
Si decides crear oportunidades para ti, estarás demostrando a tu jefe -así como a otras personas en puestos directivos- que tu voz merece ser escuchada, y si no lo permites, se están perdiendo un montón de grandes ideas.