El burnout, un síndrome caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y disminución de la realización personal, es el resultado de la exposición crónica a entornos emocionalmente agotadores.
En 2019, la Organización Mundial de la Salud reconoció el síndrome de burnout en su Clasificación Internacional de Enfermedades como una afección ocupacional vinculada a varios síntomas de salud, como la fatiga, los cambios en los hábitos de sueño y el consumo de sustancias.
Aunque el burnout se asocia sobre todo a profesiones de ayuda, como la asistencia sanitaria, o a profesiones de gran presión, como la abogacía o las finanzas, cada vez hay más investigaciones que sugieren que el burnout también puede darse en otras funciones, sobre todo con la tensión de navegar por la vida pospandémica.
El agotamiento es la secuela mental y física del estrés acumulado en cualquier esfera de la vida, incluida la vida familiar.
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Cuando la necesidad de independencia llama a la puerta
El hogar familiar es un lugar lleno de amor, recuerdos y comodidades. Es donde hemos crecido, aprendido y compartido momentos invaluables con nuestros seres queridos.
Sin embargo, a medida que avanzamos en la vida, llega un momento en el que muchos de nosotros sentimos que necesitamos expandir nuestras alas y volar lejos del nido. Esta sensación puede ser abrumadora y, a veces, incluso dolorosa.
Puede que te estés preguntando: «Me quiero ir de casa, ya no aguanto más». No estás solo; es un sentimiento común que experimentan personas de todas las edades en su viaje hacia la independencia.
En este artículo, exploraremos la experiencia de querer dejar el hogar familiar. Hablaremos sobre cómo identificar las razones detrás de este deseo y qué hacer si sientes que no puedes más.
Al final del día, la independencia es una parte esencial del crecimiento personal, y esta búsqueda puede ser emocionante y enriquecedora. Así que, si te encuentras en una encrucijada preguntándote si es hora de partir, este artículo te proporcionará consejos útiles y apoyo emocional para dar ese paso hacia un nuevo capítulo en tu vida.
Identificar la razón: el primer paso hacia la independencia
El deseo de independizarse y dejar el hogar familiar es un paso importante en la vida de muchas personas. Antes de tomar esta decisión, es crucial identificar claramente las razones detrás de ese impulso.
Esto no solo te ayudará a entender tus motivaciones personales, sino que también te permitirá tomar decisiones más informadas y prepararte adecuadamente para la transición. Aquí, profundizaremos en la importancia de identificar la razón detrás de querer irse de casa:
Falta de privacidad
Una razón común para querer independizarse es la búsqueda de privacidad.
Vivir en el hogar familiar, especialmente si compartes la habitación con otros, puede hacer que te sientas limitado en términos de espacio personal y libertad. Identificar la falta de privacidad como una razón te ayudará a enfocarte en encontrar un lugar donde puedas disfrutar de tu propio espacio.
Conflicto familiar
Las tensiones y los desacuerdos familiares son otra causa importante que puede llevar a alguien a querer irse de casa. Si sientes que tu relación con los miembros de tu familia se ha vuelto difícil o insostenible, independizarte podría ser una opción para reducir el conflicto y restaurar la paz en tu vida.
Búsqueda de independencia
A medida que crecemos, desarrollamos una necesidad natural de independencia.
Querer tomar tus propias decisiones, asumir responsabilidades y experimentar la vida fuera del núcleo familiar es una motivación válida.
Identificar la búsqueda de independencia como tu razón te ayudará a enfocarte en tus objetivos personales.
Nuevas oportunidades
A veces, las oportunidades educativas o laborales pueden requerir que te mudes lejos de casa. Esto puede ser una razón sólida para independizarte, ya que te permitirá seguir tu camino profesional o educativo de manera efectiva.
Cambio de vida
La vida está llena de cambios y transiciones. Puedes sentirte motivado a independizarte debido a un cambio importante en tu vida, como una relación amorosa o la necesidad de cuidar de ti mismo de manera más autónoma.
Exploración personal
La curiosidad y el deseo de explorar el mundo pueden ser razones detrás de querer irse de casa. La aventura y el descubrimiento son aspectos emocionantes de la vida, y mudarse puede ser una manera de satisfacer esa necesidad de exploración personal.
Identificar la razón detrás de querer dejar el hogar es un paso esencial para tomar una decisión informada y significativa. No hay una razón «correcta» o «incorrecta», ya que cada individuo tiene circunstancias y metas únicas.
Una vez que hayas identificado tu razón, podrás planificar adecuadamente tu transición hacia la independencia, considerando aspectos financieros, emocionales y logísticos.
Recuerda que este proceso es una parte natural del crecimiento y desarrollo personal, y puede llevar a una experiencia gratificante y enriquecedora a medida que avanzas hacia un futuro más independiente.
Me quiero ir de casa, no aguanto más, ¿Qué hago?
Es importante recordar que no es raro que no te gusten los miembros de tu familia. Que no te guste tu familia no te convierte en una mala persona. En algunos casos, puedes seguir manteniendo relaciones con la gente aunque no te caigan necesariamente bien.
Sin embargo, esto no siempre es posible, dependiendo de la situación, de las personas implicadas y de los factores subyacentes que hayan causado tensión en la relación.
Puede ser especialmente difícil afrontar la situación cuando vives o tienes contacto estrecho con familiares que te desagradan.
Tanto si aún vives con tu familia como si tienes un contacto limitado, es esencial encontrar formas de proteger tu espacio y tu bienestar mental.
Reconoce tus sentimientos
Trabaja para aceptar cómo te sientes sin juzgarte por las emociones que experimentas. No puedes elegir a tu familia. No te culpes por no sentirte cerca de personas que no te gustan.
En lugar de ello, trabaja en practicar la autoaceptación y luego determina qué puedes hacer para controlar esos sentimientos o mejorar las relaciones que te hacen infeliz.
Encontrar formas de aceptar tus sentimientos sin juzgarlos puede ser útil. Aceptar tus emociones significa permitirte sentir cosas sin intentar reprimir u ocultar la emoción, aunque sea difícil o dolorosa.
Al aceptar las emociones, puedes encontrar formas más sanas de afrontarlas y disminuir la ansiedad, el estrés, el miedo y la tristeza que suelen acompañar a esos sentimientos.
Considera estrategias como la autoaceptación, la validación emocional, la atención plena y la meditación. La terapia también puede ser muy útil para explorar tus sentimientos.
Decide cómo proceder
No todas las relaciones son salvables ni merece la pena conservarlas.
Hay ocasiones en las que el trato de un familiar puede ser directamente perjudicial, como en los casos en los que hay abusos de por medio o en los que un familiar siente odio hacia ti o hacia otros seres queridos debido a su orientación sexual, raza o religión.
En estos casos, a menudo es esencial cortar temporal o permanentemente los lazos con ese individuo.
Si aún vives con tu familia, este paso suele requerir planificación y consideraciones prácticas. Las finanzas, la vivienda, la mudanza y otros factores son cosas que tendrás que planificar si quieres crear una separación física y conseguir mayor intimidad e independencia.
Arreglar las relaciones
Sanar las relaciones malsanas con los miembros de la familia también es una opción. Éste es un paso que puedes dar si la relación es importante para ti y crees que pueden restablecerse la confianza, la comunicación y los sentimientos positivos.
Es un paso que requiere la participación de todas las personas implicadas. No te permitas sentirte presionada para enterrar tus sentimientos o reconciliarte con la gente si no estás preparada.
Es esencial tener tiempo para procesar las emociones dolorosas. En lugar de presionar a las personas que pueden estar distanciadas, quizá sea mejor dejarles tiempo y espacio para curarse antes de intentar una reconciliación.
Si te interesa sentirte mejor en tus relaciones con los miembros de tu familia, considera la posibilidad de pedirles que prueben la terapia familiar. Trabajando con un terapeuta, tal vez puedas mejorar la comunicación y obtener una perspectiva que te ayude a sentirte mejor en tu relación con ellos.
Establecer límites
Tener unos límites claros con los miembros de la familia que te causan estrés o descontento puede ayudarte a existir mejor como individuo dentro de tu unidad familiar.
Establecer límites con la familia puede ser difícil, sin embargo, porque es de nuestras familias de donde solemos aprender estos límites. Puede ser difícil reconocer un límite malsano si es lo único que has conocido.
Si quieres mantener una relación con los miembros de tu familia, pon límites a estas interacciones siempre que sea posible. Por ejemplo, puedes optar por pasar tiempo con ellos una o dos veces al mes.
Si ciertos temas crean conflictos con tu familia, deja claro que esos temas están prohibidos durante vuestras interacciones.
Establecer estos límites puede ayudarte a sentirte más capacitado y en control de la relación con tu familia.
Mantén tu intimidad
Tácticas como distanciarte de la situación o mantener intencionadamente en privado detalles de tu vida pueden ayudar.
Si los miembros de tu familia se entrometen en tu vida o utilizan en tu contra lo que averiguan, busca formas de cambiar de tema cuando surjan ciertos asuntos.
Cuando sea necesario, sé directo y di simplemente que prefieres no hablar del tema.
Haz las paces con tu elección
Cada situación es diferente, pero en algunos casos, puedes decidir poner fin a tu relación con los miembros de tu familia. Se trata de una decisión muy personal y, a menudo, es mejor tomarla si has tenido algo de tiempo y distancia para adquirir cierta perspectiva sobre tus experiencias.
Las investigaciones sugieren que el distanciamiento familiar no es infrecuente. En un estudio, el 43,5% de los participantes declararon estar distanciados de al menos un miembro de su familia extensa. Casi el 17% estaban distanciados de un miembro de su familia directa.
Hablar con un amigo puede ser útil, pero también puedes plantearte hablar de tus sentimientos con un profesional de la salud mental.
Un terapeuta puede ayudarte a evaluar los factores que te han llevado a este paso y luego ofrecerte consejo sobre la mejor manera de proceder.
Las investigaciones sugieren que reconciliarse tras un distanciamiento puede ser especialmente difícil, sobre todo para los hijos adultos distanciados de sus padres.
Entre el 50% y el 60% de los hijos adultos separados de un progenitor sugirieron que nunca podrían tener una relación funcional en el futuro.
Aunque cortar los lazos puede ser estresante, las investigaciones sugieren que también puede tener efectos positivos.
Un estudio descubrió que el 80% de las personas que habían puesto fin a una relación con una familia sentían que había tenido un impacto positivo en su vida, incluidos mayores sentimientos de fortaleza e independencia.10
¿Cómo lidiar con una familia a la que odias?
Aprender a manejar las relaciones familiares de manera saludable puede ser beneficioso para tu bienestar emocional y mental.
Los pasos que debes dar para afrontar una familia a la que odias incluyen:
- Reconocer tus sentimientos
- Decidir qué pasos debes dar
- Arreglar las relaciones si es posible o se desea
- Crear y mantener límites con los miembros de la familia
- Tomar medidas para proteger tu intimidad
- Hacer las paces con tu decisión
Sentir que no te gusta tu familia puede ser una emoción muy difícil de manejar. Si te sientes así, desarrollar conexiones sociales fuera de tu familia puede ayudarte a encontrar un sistema de apoyo más sano y a ganar perspectiva y distancia de los familiares tóxicos.
Estrategias como distanciarte de la situación, establecer límites o trabajar para reparar las relaciones insanas pueden ser beneficiosas para tu bienestar mental.
Si una relación está haciendo más mal que bien, suele ser buena idea reducir significativamente o cortar por completo el contacto con la otra persona o personas.
Si experimentas angustia emocional, ansiedad, depresión u otros síntomas como consecuencia de tu aversión a tu familia, acude a un profesional en busca de ayuda.
Puedes empezar por hablar con un profesional de la salud mental que pueda ayudarte. La terapia online también puede ser una opción útil que puedes considerar.